Como todo el mundo sabe, la bechamel en las croquetas es un paso crítico para que éstas queden perfectas. De hecho suele ser precisamente la masa lo que distingue una croqueta rica de otra.
Es fácil encontrar restaurantes o croquetas preparadas donde te ponen croquetas con la masa bechamel apelmazada. El truco fundamental está en hacer la bechamel muy lentamente y removiendo continuamente, sin parar ni un segundo para que quede súper cremosa y lisa. Hay que utilizar ingredientes de primera calidad: harina, leche entera buena y mantequilla rica. No se puede utilizar leche desnatada y tampoco se puede sustituir la mantequilla por aceites o sucedáneos. Esto estropeará por completo nuestra bechamel para croquetas.
La bechamel básica lleva esos tres ingredientes pero en los últimos años se han realizado multitud de variantes: mucha gente añade cebolla picada antes de empezar a realizar la masa. En algunos comercios muy industriales, en lugar de añadir un ingrediente concreto, utilizan colorantes con sabor.
Una vez realizada la masa perfecta y todavía en caliente, se añade el ingrediente que se desee muy troceadito, para hacer croquetas de jamón, croquetas de boletus, croquetas de queso azul, etc.
Menudo resumen te acabamos de hacer para enseñarte a hacer una buena bechamel, pero ahora vamos a verlo en detalle ya que es importante que prestes atención a todos los pasos.
La salsa bechamel o besamel (sería la forma más correcta de llamar a esta salsa en español) es una salsa que cuesta preparar bastante, de hecho si no se hace con calma, nos saldrá una mezcla mala y apelmazada. Se trata de una de los condimentos más utilizados en la cocina española y con tantos usos, que podremos elaborar multitud de platos con ella, y el plato estrella que incorpora este jugo, sin lugar a dudas son las croquetas.
La base de una rica bechamel son 3 ingredientes:
Además de estos ingredientes, hay gente que opta por añadirle nuez moscada, pimienta y sal, aunque realmente con los condimentos principales son los anteriores. Estos que acabamos de citar, sirven para sazonar la bechamel, pero realmente podríamos prescindir de la nuez moscada y la pimienta.
Existe mucha gente que cree que la bechamel incorpora huevo, pero la respuesta es que no, el huevo sólo se utiliza para el empanado final, y su función es la de facilitar que el pan rallado se adhiera a la croqueta para poder freír dicho empanado.
Y para meternos en materia, para hacer la salsa bechamel tenemos que vertir en una cazuela mantequilla (por cada 200ml de bechamel que queramos elaborar, tendremos que poner una cuchara sopera de mantequilla) y la calentamos a fuego lento hasta derretirla por completo.
Después agregamos la harina (una cucharada sopera sería para 200ml de bechamel), y con una varilla de plástico o metal, mezclamos todo hasta conseguir cocinar la harina por completo y que no sepa a crudo, lo cual puede fastidiar por completo nuestra bechamel si no se hace bien. Por ello, deberemos remover durante unos 2-3 minutos sin parar hasta que veamos que la harina coge un color tostado tirando a dorado.
Acto seguido, debemos añadir la leche entera previamente calentada para que no tengamos grumos. Lo mejor es ir añadiendo la leche poco a poco sin parar de remover realizando movimientos circulares durante 4-5 minutos hasta que veamos que conseguimos una mezcla espesa.
A la hora de sazonar nuestra bechamel, deberemos hacerlo justo antes de retirar la cazuela del fuego. Por lo tanto, si sólo vais a incorporar sal es el momento (con la nuez moscada y/o la pimienta lo mismo). Es importante resaltar, que si vamos a hacer croquetas, podemos tener algún problema si nos pasamos con la sal, puesto que dependiendo del ingrediente principal, estas necesitarán una cantidad mayor o menor de este condimento.
¿Cómo sabrás si la bechamel tiene la textura ideal? Muy fácil, si la varilla que hemos utilizado no gotea, y se desprende un hilo, tendremos la bechamel perfecta.
Para terminar, vertemos nuestra mezcla en un recipiente de cristal (preferiblemente) el cual dejaremos enfriar un poco y después lo meteremos en la nevera para que se compacte más la masa y podamos después moldearla con mayor facilidad (sobre todo si vamos a hacer croquetas).
Para poder preparar una salsa bechamel sin grumos, tienes que seguir estos consejos:
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A continuación te vamos a enumerar todos los platos que podrías hacer con una buena bechamel:
Si quieres saber más trucos para elaborar una buena bechamel, no te pierdas estas recetas de croquetas por cocineros de la televisión.
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