¿Acabas de conseguir un trabajo como camarero en un restaurante? ¿Es la primera vez que atiendes mesas que quieren croquetas y estás nervioso por si metes la pata?
No te preocupes, es normal tener nervios en cualquier tipo de empleo.
Ir a trabajar el primer día puede ser definitivamente una experiencia desalentadora, incluso si ya has pasado por el sistema de capacitación del restaurante.
Sin embargo, si sigues estos consejos y trucos para servir, estarás en el camino de ser un buen sirviente en muy poco tiempo.
Es un tópico en el mundo de la hostelería, pero realmente es así.
La primera regla para ser un buen camarero es recordar que el cliente siempre tiene la razón.
Recuerda que tú estás trabajando, pero para los comensales es una experiencia por la que están pagando un buen dinero. Por lo tanto, si la comida no sale a su satisfacción, no intentes discutir.
En lugar de ello, debes de ser cortés, ofrece inmediatamente devolverla y conseguirles algo más y luego díselo al responsable, quien por lo general se acercará a la mesa y hablará directamente con el cliente.
Esto también ayudará a asegurar la probabilidad de que todavía tengas opciones de recibir una buena propina al final de la comida.
Hay que ser siempre amable con los huéspedes, pero sin pecar de ser demasiado amigable ya que esto probablemente hará que tu mesa se sienta incómoda.
En resumen, hay que intentar dar más imagen de profesional. Piensa en una forma de saludar a tus mesas (esto es diferente para cada persona) y sigue con ello cuando hables por primera vez con tus clientes.
No te olvides de sonreír, mantenerte positivo y ofrecer alguna recomendación siempre y cuando sea pertinente.
En el caso de que surja un problema, y el cliente exija hablar con el gerente, no te ofendas e intenta ser lo más profesional posible para atender su petición.
Antes de nada y si no hay ningún plato a mencionar fuera de la carta, espera a que los clientes hagan preguntas sobre el menú del restaurante,
También es imperativo aprender qué platos contiene el menú para poder hablar con autoridad cuando se te pregunte sobre los ingredientes para las alergias alimentarias como el gluten o los cacahuetes, así como si un elemento de un plato es verdaderamente vegetariano o vegano.
Conocer los ingredientes de los platos y su preparación, es fundamental para que el cliente no se lleve sorpresas y pueda llevarse una mala impresión. Es un buen momento para ganar puntos de cara a él.
Por ejemplo, si te preguntan qué llevan las croquetas que vendes en el restaurante, tendrás que saber que están hechas con bechamel y los ingredientes que lleva (leche entera, harina).
Si por algún casual, no sabes la respuesta a la pregunta del comensal, no digas "no lo sé", es mejor decir "déjame averiguarlo" o algo similar.
Y por último, y no por ello menos importante, haz saber a los clientes si no queda algún plato de la carta antes de que lo pidan, de esta forma evitarás una posible desilusión.
Presentarse al trabajo con un aspecto limpio y elegante es imperativo. Asegúrate de que tus uñas estén limpias, que tu cabello no esté en la cara y que tu uniforme no tenga arrugas ni olores de cocina del último turno que trabajaste.
Si por lo que sea, eres una persona que suda mucho, intenta disimularlo de alguna forma (llevar ropa de cambio, utilizar algún accesorio como cintas, etc).
Además, abstente de beber mucho la noche anterior al turno. Nadie quiere oler su resaca cuando pide la cena.
Es imperativo aumentar la cuenta entera, lo que también aumenta la propina.
Pero la clave es hacerlo sin hacer parecer que estás vendiendo más, lo que rápidamente apagará a sus invitados.
Debes de hacerte una idea de los presupuestos de las personas a menudo, ya sea que ordenen o no bebidas de inmediato y cuánto están bebiendo. Si las bebidas fluyen, por ejemplo, y digamos que estás trabajando en un restaurante de croquetas, entonces intenta vender una ración extra de degustación de croquetas para probar otros sabores.
Preguntar si alguien quiere café y postre es otra buena táctica de venta. Si los clientes parecen saber exactamente lo que quieren o son clientes habituales, entonces no intentes darles extras, ya que podría perjudicar tu propina.
La rapidez es esencial en el mundo hostelero. Cuanto más rápido podamos cumplir el deseo de un cliente, más feliz será, y de eso se trata.
Si piden algo, hazlo inmediatamente dentro de lo humanamente posible. Deja lo que estés haciendo y responde a su petición.
Es posible que en ocasiones alguien de una mesa que tú no atiendes te pida algo, no lo ignores por no ser tu mesa, da el aviso al camarero de esa mesa o sírvela tú mismo.
En cualquier restaurante que se precie, ya sea de los que venden raciones (croquetas, tortillas de patatas, etc) como los que ofrecen otro tipo de comidas, es necesario que los camareros tengan las siguientes habilidades: