Las croquetas son un magnífico y muy recurrido plato en nuestras cocinas. Por ese motivo queremos dejaros algunos consejos que os animen a prepararlas evitando alguno de los errores más comunes y que podáis degustar unas croquetas gourmet perfectas elaboradas por vosotros mismos.
Una vez que hemos decidido de que vamos a hacer el relleno, lo principal es que los productos sean de buena calidad, esto cambiará el sabor totalmente.
En la elaboración del relleno o masa lo fundamental que le otorgará la cremosidad deseada es la bechamel o caldo. La bechamel tiene que estar perfecta, remover sin cesar y evitar a toda costa grumos de harina crudo que pudieran quedarse.
Pero los consejos que os vamos a dar son respecto a la fritura, para conseguir ese dorado y crujiente deseado.
Cuando vayamos a manipular la masa, es muy recomendable embadurnarnos las manos en aceite. De este modo al manipularlas evitaremos que se nos queden pegadas, creando grietas o roturas en la croqueta.
Para que nos queden bonitas y todas de la misma forma, hay varias técnicas que se pueden emplear, la más fácil y accesible sería hacerlo con dos cucharas, de forma que las vamos curvando hasta darle la forma deseada. También se pueden hacer con pinzas de helado o boquilla y manga pastelera
El tamaño adecuado de una croqueta es mediano, es decir ni muy grande ni demasiado pequeñas, lo idóneo sería unos 3 cm.
El proceso de rebozado es fundamental, el huevo tiene que estar muy muy bien batido, y el pan rallado que vayamos a utilizar ( mejor si es casero, aunque los que venden preparados también dan gratos resultados) debe ser de un tamaño medio, ni muy fino ni muy gordo.
Primero las pasaremos por el huevo y después por el pan rallado, este proceso podemos repetirlo 2 veces para crear una mayor consistencia.
Si las vamos a congelar, primero tendremos que meterlas en un recipiente hermético, ponerlas de forma ordenada y con papel de horno, para evitar que se peguen entre sí. A las 2 o 3 horas podremos guardarlas en una bolsa de plástico. Cuando vayamos a cocinarlas es recomendable sacarlas entre 15 y 30 minutos antes.
Freír en aceite de oliva de buena calidad y a una temperatura de 175º, que el aceite no esté humeante. Hay que poner abundante aceite para que se sumerjan por completo, y así poder conseguir el dorado y crujiente perfecto sin que absorban demasiado aceite, que las dejaría grasientas y resultarían pesadas para nuestro estómago.
No se deben poner más de 3 o 4 croquetas por vez ya que enfriaríamos la temperatura del aceite y no conseguiríamos que se produjera ese choque térmico que necesitamos para conseguir una corteza crujiente y provocaríamos grietas o roturas en la croqueta.
Poner papel de cocina bajo las croquetas puede ayudar a eliminar el exceso de grasa.
Pero si no te apetece cocinar, recuerda que las mejores croquetas caseras las tienes en nuestra tienda online de croquetas.