Si escuchamos la frase "La supervivencia humana y las croquetas" pensaremos que no tienen ningún tipo de relación pero si lo analizamos vemos que están croquetamente relacionados. El ser humano no puede estar sin alimentarse hasta 3 semanas pero, ¿cuantó tiempo podemos estar sin comer croquetas?
En todo hogar español hay un miembro de la familia experto en hacer deliciosas croquetas gourmet: las de la abuela, las de mamá, las de papá, las de la tia Manola... Todas ellas son famosas entre nuestro círculo cercano de conocidos que esperan ansiosos la invitación a casa con la esperanza de poder catar esa delicatessen.
Son básicas por contener elementos indispensables en nuestra dieta con la leche y el huevo. Todas estas croquetas hogareñas, en sus recetas tienen pequeños detalles que las diferencian del resto, ya sea por las especias, por el tipo de leche, pequeños extras como cebolla o la forma de rebozarlas. Y lo que todas tienen en común es que nos parecen las más deliciosas del mundo.
Sin embargo, hay muchos cocineros internacionales que prefieren innovar en el arte culinario de las croquetas, crearlas con nuevos y diferentes sabores que atraigan a paladares deseosos de probar algo novedoso. Sin olvidar los sabores clásicos como las croquetas de jamón, croquetas de pollo o croquetas de bacalao. Que se pueden comprar de forma cómoda y rápida por Internet para que lleguen a casa cuando se necesiten.
Dentro de estos sabores innovadores podemos encontrar croquetas de chocolate, de gin tonic, de café, de perrito caliente, de fabada...
Como podemos comprobar la creatividad está a la orden del día y la originalidad no falta en las cocinas donde se elaboran estas croquetas. Para todos estos sabores también existen diferentes tipos de paladares, podemos encontrar los paladares clásicos, la croqueta medio dorada y en su punto; los paladares rebeldes a quienes les gustan las croquetas muy dorada y por último los paladares sabrosos enamorados de la masa poco hecha.
Desde su origen en Francia, las croquetas son un alimento básico en las comidas de familias de más de medio mundo, por su fácil cocinado, su cómoda ingesta y su delicioso sabor.
Todos alguna vez en nuestra vida hemos dicho la frase "Sabe mejor con las manos" y sí, es cierto hay ciertas comidas que no saben igual con cuchillo y tenedor.
Una de estas comidas son las croquetas, ¿quién no se ha quemado los dedos más de una vez cogiendo una croqueta recién hecha, pero gustosamente ha repetido la operación sabiendo lo que le espera?.
Y es que desde el origen de los tiempos el ser humano siempre ha comido con las manos y nuestro cerebro no puede olvidarlo y de ahí la expresión "está para chuparse los dedos". Es un acto reflejo que hacemos desde pequeños cuando cogemos todo con las manos y nos lo llevamos a la boca para saborearlo, y es que cuando vemos algo delicioso delante nuestra no podemos esperar a coger un tenedor para comernoslo. E incluso hay un récord mundial de comer croquetas batido por Patxi Bollos en 1936 con la ingesta de 236 croquetas. Esto nos ocurre con costillas, marisco, hamburguesas, pizzas, alitas de pollo...
Y es que el protocolo ha evolucionado de forma más flexible durante los últimos años permitiendo que podamos comer con las manos con mayor comodidad sin sentirnos observados. La etiqueta ha podido modificarse porque el tipo de comida y su tamaño también han cambiado.
La comida rápida y sus establecimientos sin cubiertos, los canapés y su creciente demanda en eventos y celebraciones y la siempre tradicional comida de tapas en España son actividades que ayudan a romper el protocolo. Todos estos alimentos hoy en día podemos degustarlo de manera rápida y cómoda gracias a las tiendas online de alimentos donde con facilidad podremos hacer pedidos y tenerlos listos en nuestra casa para la hora de la comida o cena.
Un aspecto muy importante a la hora de degustar una buena croqueta es saber si los ingredientes con los que están elaboradas son aptos para nuestra dieta o no. Debemos conocer si el divino manjar que degustaremos nos podrá causar alguna dolencia que nos impidan recordar ese momento con alegría. Afortunadamente, hoy en día existen una gran variedad de recetas adaptables para todos los gustos.
Podemos encontrar croquetas vegetarianas sin contener ningun fragmento de carne, como pueden ser croquetas de queso azul, croquetas de puerro confitado y zanahoria, de queso de cabra, croquetas de boletus... Hay una amplia oferta ya que se pueden relizar croquetas de todo tipo de alimentos y sabores.
Ah y si te gustan las croquetas plant-based (100% vegetales), también estás de suerte.
Para aquellas personas que no puedan comerlas por contener gluten, leche o huevo también pueden encontrar croquetas sin esos componentes o realizarlas de forma casera. Para los celíacos o intolerantes al gluten se puede utilizar harina de maíz en vez de harina de trigo, el sabor y el aspecto de la croqueta cambiará un poco pero el sabor seguirá siendo bueno. En el caso de la leche, se puede sustituir por otro tipo de leche: sin lactosa, de soja, de coco, de almendra... o utilizar caldo en vez de leche pero la bechamel será menos espesa de lo normal. Y en el caso del huevo, no habrá problema si se elimina de la receta. Lo más importante de todo es que quien la coma repita y quede satisfecho.