En la actualidad, ser camarer@ en un restaurante puede ser difícil.
Aunque el trabajo es visto como una especie de profesión sin salida, la mayoría de la gente simplemente no entiende la verdadera ambición y el trabajo duro que se necesita para ser un profesional del sector sirviendo comida.
Una de las dificultades, además de dejarse la piel y mantener la mente totalmente concentrada durante las prisas, es encontrarse con clientes difíciles.
Sin clientes, estos trabajos no existirían. Sin ellos, los camareros no recibirían un sueldo, es decir, estarían en el paro.
Si trabajas en el mundo de la hostelería, seguro que te habrás encontrado con los clientes que vamos a mencionar a continuación.
Eso sí, nosotros lo vamos a enfocar exclusivamente a la hora de servir unas croquetas en tu restaurante.
Antes de que pida una ración de croquetas del sabor que sea, llegará insatisfecho al local.
Estas personas esperan que todo lo que sucede a su alrededor debe de ser como ellos quieren y si esto no pasa, habrá una queja asegurada.
Puedes tener quejas tipo la croqueta quema mucho, o la ración es muy pequeña, habéis tardado mucho en servir las croquetas etc.
Para atender bien a este croquetero, tienes que mostrar paciencia, ser amable y sobre todo, tener unas buenas croquetas artesanas para restaurantes.
¿Cómo se reconoce a un foodie de uno que no lo es? Bueno para empezar, a todos les encanta sacar una buena foto del producto que se van a comer, y en este caso lo hará de las croquetas caseras que le presentemos en la mesa del bar.
Probablemente realice 2 fotos, una del plato con las croquetas y otra partiendo la croqueta por la mitad para observar la cremosidad de la misma.
Nos encontramos ante una persona que siempre tiene muchas dudas a la hora de elegir una variedad de croquetas, le gustan varios sabores pero necesita que se facilite toda la información posible para poder elegir la ración de croquetas adecuada.
Lo mejor en estos casos es no impacientarse con él, y por ello es conveniente mostrarle una gama de productos más corta (esto es extrapolable a cuando consulta una carta extensa con otros productos) y no agobiarle para que decida "sin presión".
En la gran mayoría de negocios hosteleros, siempre te encontrarás que entra gente turista que no habla absolutamente nada de español (simplemente por el acento que tendrán al hablar se da uno cuenta fácilmente).
Lo mejor será, ver si alguien habla castellano y si no es el caso, habrá que intentar utilizar el idioma de Shakespeare (el inglés).
Prácticamente más del 80% de los turistas que vienen a España, siempre quieren probar los productos más típicos del país vease el jamón ibérico, la tortilla de patatas, la paella y como no, unas buenas croquetas de jamón.
El turista que viene a comer croquetas, ya sea un visitante nacional o extranjero, suele tener devoción por este producto y si sale satisfecho y le atiendes bien, la propina está asegurada.
Esta tipología de comensal croquetero suele tener una autoestima elevada al pensar que conoce todas las características del alimento que va a comer.
Normalmente, suelen demostrar cierta superioridad a la hora de actuar con el camarero una vez degustado el producto y puede hasta llegar a dar consejos.
¿Un cliente complicado, verdad? Puede decirte la masa no es demasiado cremosa o yo le añadiría nuez moscada, etc
La clave a la hora de atenderle es mostrarse tranquilo y sobre todo hacerle ver que estás interesado en sus palabras. Con datos objetivos sobre el producto que estamos sirviéndole podremos tratar de buena forma con él.
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